EL FELINO
Ensimismada, en los aposentos de sus almas inseparables, se despierta tras la voz de sus lágrimas…
¿Cuánto te amo? Grita a las cuatro paredes donde compartían sus días de amor…
Aún hueles viviente, por los torrentes de mis venas, se decía una y mil veces…
Aún se escucha tu hablar_ replican las flores en sus altares de dioses que rehúyen para ella su marchitar…
Las ventanas en un abrir de vientos, la animan en creer en su llegar, una convicción de que nunca la tierra tras su velorio se lo llevó a otro lugar.
Se acerca expectante mientras las cortinas hacen de telón, esperando que un sol de nubes la sorprenda al verlo, iluminado; regresar.
A su asombro, un felino salvaje de negro crepúsculo, asusta su ser…
¿Quién eres tu felino mal oliente que vienes a interrumpir nuestro mundo de silencios?
Felino de salvaje pelaje hirsuto, nunca antes te vi, ¿qué haces ahora asentado en la manilla que día a día abrieron sus manos?
Mirándola fijamente, sin ronronear, con una voz estridente; el contrincante replica:
No soy él, bien lo sabes, soy otro que te quiere despertar, escúchame aunque lo que transmita no te agrade:
¨No busques en tus deseos su figura o su presencia es ajena a estas tierras, ¡EL PARTIÓ, YA NO ESTÁ MÁS! Sólo ves ensoñaciones, fantasías y si a veces en tus sueños aparecen, como surgen algunos recuerdos o secuencias de historias, olvídalas. Ellas no pertenecen a lo real.¨
Entiende mis palabras son veraces, en ellas no hay mal.
Aunque me arrojes por ser un gato salvaje y no uno de angora, te digo: aprende a vivir de la verdad, no enclaustres tus días creyendo en quien… ¡No está ya más!
Escalofríos y certezas poderosas de no querer entender, todo está dicho, felino de salvaje imagen en espíritu no hay disfraz, ella siente un extraño desapegar de la idea hechiza y súbitamente su despertar:ël saber certeramente que no estᨅ
(Autoría Lorena Rioseco Palacios)
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